jueves, 18 de diciembre de 2008

De tiempo en tiempo.

De tiempo en tiempo, buscándo-te Inspiración.

lunes, 20 de octubre de 2008

Si me animo.

Caminar ya no es lo mismo, porque ya no somos iguales, porque el camino se cierra y se abre a un ritmo que no nos damos cuenta.

Caminar ya no es lo mismo, porque quedarse callado dejó de ser un agravio, porque los ojos se cierran, mas no enmudecen, mientras somos la espera de una palabra.

Caminar ya no es lo mismo, mientras volar no sea el objetivo.

Volar es el objetivo, pero caminar ya no es lo mismo.

Caminar sin pausas, caminar sin ánimos, sin eso que hace que las personas caminen, de aquí hasta siempre, sin su Duende, sin sus piernas, con todo ello.

Oler, qué me dices del Oler cuando no caminas, cuando no significa tanto.

Qué me dices de los Árboles, de estas Letras, qué serán ahora que son otro camino...un punto simple, un par de pómulos que se ríen, unas palabras que bailan, que son tímidas, que son de colores.

Mando todo al abismo, me quito los zapatos, y con la mente descalza le sonrío a una flor, tantas cosas de mí se liberan como pasos doy, son silencios quienes vienen, son silencios quienes van, creo yo que no se ubican, que no encuentran su lugar.

Su lugar yo lo conozco, su lugar es ahora mismo.

Sentir el no deber de buscar ni buscarse en las palabras, sentir la falta de sonido suplida en una sonrisa con un tanto de vergüenza, de decoro.

¡Arriba el sonido del cuerpo, Arriba el sonido del viento! arriba el todo que es diferente en cada ángulo.

Disfrutar simplemente siendo, estando sin prisas, estando con pausas, volver a empezar, porque caminar nunca será lo mismo y no recuerdas cuándo te fue tan plácido ser "tú" un segundo cualquiera.

miércoles, 23 de julio de 2008

Consuelo dulce.

Para ese entonces habían pasado sobre mi 16 etapas de esas que llaman años, mi fiesta de hace dos semanas así me lo anunciaba y supe que algo estaba cambiando, pues el revuelo reinante de todos se apaciguó y fueron para mí las miradas, todos los ojos sobre mí, como se suele decir, al momento que mi abuelo paterno se acercó y me dio a beber de su copa, la cual acabé de un sorbo y sin ningún reparo - ya saben, la tan publicitada confianza familiar - segundos antes de perder el gusto y por un instante sentir que mi garganta quería actuar en reversa a lo que siempre he creído su normal funcionamiento, mientras me suplicaba por un vaso con agua para calmar el calambre y la desazón.

Después supe que aquello se llamaba Aguardiente y que se usaba para "amenizar las fiestas", expresión ésta que no entendí, puesto que el resto de la velada navegué, entre valses y fotos, sobre unas nauseas que me querían tumbar, y que si no lo lograron, fue únicamente porque la idea de dejarme caer allí, ceder a las demandas de mi cuerpo, se me ofrecía en una perspectiva de ridículo que superaba con creces la incertidumbre que bordeaba en advertencias mi estómago y mis piernas.

La sala de mi casa estaba llena de chicos y ya tenía yo edad suficiente para entender, o bien sea, descifrar, la cosa aquella a la que había llegado mi intención, proyección física de una mente en transición sobre un cuerpo tantas veces doblegado: ahora quería yo parecer una mujer adulta, de esas que salen en la tele todos los días a las 12 y que resuelven sus problemas al calor de las sonrisas y los días de sol., no así con las mujeres de mi familia, que para tal simpleza los años fueron remedio.

Hacían parte del pasado ya los que mi madre llamaba "desbordes de señorita de 15", sin caer en cuenta, o quizás si, de que un año atrás era la misma expresión, sólo que al "quince" le mermaba "uno" y santo remedio, "creó una planilla de advertencia para toda la vida" me decía entonces y no fui muy errada, si es que acaso quiere saberlo.

Dejar los "desbordes de señorita de 15" era para ella un llamado a mi madurez, debiendo aceptar ahora yo que nunca entendí del todo qué significaba eso de madurez., pero no me importaba saberlo, simplemente y en cada ocasión decía que si, para no caer nuestras molduras familiares; trampas que, en este caso, conducían a una de esas discusiones sin final feliz, o si acaso posible, que dicha sería, aparte de los nervios al mirar a algunos a los ojos., el renacer en mi de la EVA, dos mil años después, pero con pecado y castigo intactos., y un gusto casi relevante por la literatura y los relojes antiguos, el único legado que me dejaran mis desbordes de señorita de 15: cómo evitar discusiones que sabía terminaría perdiendo, aunque no sé qué me decía que por algún tiempo, éstas enseñanzas serían suficientes para sobrellevar lo que se venía, conservando, sobra decirlo, las dudas sobre el Aguardiente.

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Cuando lo hice me sentía morir mientras creía lo mataba.

Bajo mi falda negra y camisón azul oscuro se entrecruzaban amargos sudor y miedo, formando una nueva prisión similar a la piel, indisoluble como ésta. Esa falda y ese camisón, que hacían parte de aquel extraño grupo que todos llamaban "ropa de domingo", sin que mi precoz imaginación ni mi volátil fantasía llegaran a entrever el por qué, ya que me fue simple percatarme de que su denominación obedecía a los ritos y no a los días, que podían, visto era también, variar.

Pero nada cambiaba conque yo lo supiera, igual mi influencia allí era más que remota, tanto así que todo daba a entender que tal nombre se lo había dado algún ser lejano, aunque importante, ya que todos lo adoptaban sin el menor amago de duda y sin caer en cuenta siquiera de los peligros que significaban quitarle la libertad a una u otra prenda, o bueno, peligro para nosotros, que éramos personas sin grandes recursos económicos, no humildes, por supuesto, pero pobres, eso si.

Incluso mi madre, mujer de carácter, siempre me decía, al son de una u otra pompa y solemnidad "Ponte la ropa de Domingo", ya fuera para entrar y salir de aquella casa grande en lo que todo parecía estático y nos cobraban por sentarnos, o para que se nos hiciera lo que nunca me permitía ella en otras circunstancias; mancharme la frente., pero esta vez con una especie de tierra negruzca, que a diferencia de los otros tipos de tierra, me daba calor mientras cubría mi frente y se quería petrificar, porque además impedía que me limpiara, so pena de regaño, lo que me ponía nerviosa y me hacía sudar, llegando a desfigurar el bendito lastre, con mi rostro a bordo, siendo afortunada que para tal momento ya estuviere en mi habitación, oculta al mundo, creyendo que al contar los segundos y las horas, éstas pasarías más rápido - sin percatarme acaso de que me eternizaba en la calamidad de cada instante - y terminaría por fin aquel día tormentoso, aquel miércoles cualquiera, entre tantos.


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Era, me dice, Domingo 17 de Marzo, el cielo gris, como panza de burro para esa mañana, de un año que ahora no recuerda., aunque creo más bien no quiere hacerlo, tal vez para no revelarme su edad, que de todos modos no debe pasar de los 45, o más, con un poco de crema, retoque y ejercicio, que no imagino en ella., igual es una mujer atractiva, lo sigue siendo, aunque adivino en su mirada esquiva y en sus manos inquietas, que quizás a veces lo duda cuando la que está al otro lado del espejo la mira, mientras se pone la pijama, y le pregunta cómo estuvo su día.

No se lo menciono, más por cobardía que por no parecer impertinente, aunque en mi pensamiento, para satisfacerme, me convenzo de que es por la segunda; eso que llaman cordialidad, que tantas veces se confunde con el machismo, o la otra con la una, tampoco lo sé.

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La fila avanzaba lenta, como siempre, con ínfulas de tristeza y santidad.

Quienes estaban allí guardaban un silencio inquebrantable; preparando sus almas, siempre creí, o bueno, ahora no así: hoy en día pienso que tenían un poco de miedo, la mayoría de ellos, a hablar como parecía ser requisito mientras estaban en sus puestos, a hablar de presentes y ausentes, partícipes y no partícipes de sus creencias, miedo a hablar como hablaban, que era de la única forma que parecían poder hacerlo cuando no estuvieren allí parados, esperando y sometidos al de tantos escrutinio.

Le temían, supongo, a que el párroco, que ellos no sabían, pero también las decía, aunque sin tanta asiduidad, aunque con igual pasión, los escuchara pronunciando aquellas palabras, de las cuales, para aquel entonces y en su mayoría, no conocía yo su significado y menos aún su alcance a la hora de llevar una conversación de un tono a otro y sobresalir entre los demás, no precisamente por su bondad., pero sobresalir, que esa era la faena.

Antes no sabía de qué referían allí las gentes sobre los otros, ni por qué lo hacían en palabras gachas y en tono suave, ni con unas o tales expresiones, esas que evitaban en los 13 ó 14 minutos que duraba esa pequeña procesión al altar. Antes no lo sabía.


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Tenía 13 años cuando hice la primera comunión, cuando entré a hacer parte del pueblo de Dios, según escuché de don Leonidas, el párroco del pueblo, teorema que me confirmara después mi padre, que dicho sea de paso, murió dos meses más tarde al caerse de su caballo, él, arriero de profesión y montador como ninguno, que no se embriagaba hasta el hastío, no porque tuviera problemas de corazón o alzas en el azúcar, sino porque era pecado.

Ese día, en que ingresé al pueblo de Dios, lugar que debía ser grande, además, porque eran conmigo más de 50 los iniciados, por lo que temí quedarme por fuera del grupo con destino a la piedad, ese día me surgió la duda, la ineluctable duda., aunque quizás sea mejor decir que yo le surgí a ella, porque es claro me absorbió toda, me superó, lo hizo en cantatas de sofoco semana tras semana, creciendo en forma de miedo; la pluma del pecado, suave y suculenta, subiendo por mi espalda cada noche, un solo revoltijo de convulsivas e inflamantes agujas bordeándome pelvis y piernas, acariciándome toda, y yo dejándome llevar después de algunos intentos vagos por sustraerme.


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...La incomprensión......

En mi boca, saliva, únicamente saliva...

...

Saliva mezclada con aquella pasta inodora y traslúcida casi, y toda yo luchando para que no se notara que me deshacía a la vez que su figura...

Saliva., saliva de vida amparando la muerte mientras sospechaba que allí mismo llegaría para mi la carta violeta...

Saliva con augurio,
saliva con capricho,
saliva dulce, saliva amarga,
saliva que no dice nada, no sabe nada pero lo revela todo, todo.

Saliva verde, saliva azul, saliva café,
saliva negra; negro ponzoña, negro engaño, negro miedo.,
saliva sin color.

Hay sitios de tu vida que se dividen en espacios y conjeturas para que los recuerdes siempre y sean ellos tu marca, te ramificas en años, décadas, meses o pequeñas escenas.

Saliva que se mezclaba, centímetro a centímetro y en decidido camino, con aquella lámina dócil que por fin, tras corazonadas y dudas, recreaciones bíblicas de los condenados y persecuciones de ilusión, me había atrevido a mascar.

Yo, por fin había cedido a , buscando no tener más noches en vela.


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No lo entendía, por qué si Él sucumbía entre mis dientes seguía yo con mi existencia y sin escarnio, si había allí una acción y más que una acción una lanza contra la historia, contra todo lo que yo concebía como historia.

...Lo confieso., aunque sin rótulos sagrados ni padrenuestros, que estaba desconcertada..........temblaba, de verdad temblaba.


Por qué mi boca no sangraba, por qué de ella no fluían ríos de tinta roja sabor a dulce, por qué, si por fin me había atrevido a encauzar con mis dientes, mucho más allá de la blasfemia y el reniego, la cúspide de la que nadie dudaba era su guía; masticaba el cuerpo de Cristo tras una confesión.


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El miedo era como una marea que me golpeaba, flujo constante que me llenaba de frío, mucho frío., a lo que el corazón insólito respondía latiendo tan rápido y siendo tan ajeno a mi mandato, que creía todos lo iban a escuchar, pero una duda se reservaba ahora el papel de ancla, mientras me convertía toda en esfuerzos para caminar derecha y aparentar amagos de conciencia por encima del arrebato, sin titubeos nacidos del desacato o la duda, hasta lograr sentarme en la primera silla que hallare a mi paso, viendo a mi madre que me reprendía con su mirada, inquisidora, diciéndome así que debía volver a su lado, como siempre lo hiciere.

Pero no era yo, o por lo menos no habían ya motivos, no había miedo, ni sonidos, casi que no había vida más allá de esto, de la duda, de mi duda, de .

Persignándome para salir y sin detenerme sobre los pasos de mi madre o los amigos de domingo lo esperaba, ya con ansias, ya con morbo, ya con mi cuerpo avivado.....pero por qué, por qué si el cuerpo de Cristo había crujido entre mis dientes, explíquemelo usted si es que puede, que yo no lo entiendo y quién sabrá además por qué nos decimos lo que nos decimos y nos dicen lo que nos dicen..........

¡¡Por qué!!...por qué mi boca no sangraba? ..... por qué si ya era para mi como un consuelo dulce para tantas interpelaciones...


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No tuve remedio...ya no creía, ya no temía., ya no era católica, ni apostólica, ni romana, ni ninguna de esas cosas, simplemente era yo mirándome a un espejo de agua y con un remordimiento menos.


-me mira y se sonríe, y me dice con los ojos que ahora soy yo cómplice de ese, su 17 de Marzo.-


Así pasó, me dice ella.

sábado, 12 de julio de 2008

...y un día por fin, en este pueblo se abolió el empleo.

- Ahí me dijo una señora que fue a la casa que era que yo tenía muy buena suerte porque tenía muy linda la mata de Ruda y además,no te conté que me tocó tirar la pencasábila a la cañada, porque ahí me dijeron que fue que le echaron sal, y desde eso es que vengo en caída, y también la señora Mercedes, cuando fue a la casa y vio la mata que me regaló la dueña de la casa, me dijo que sí, que ese Bambú Chino era bendito para la buena suerte.

- Pero es que vos sí crees que eso sirva para algo.

- Si mija, eso es bendito. Que con un poquito de agua y tierra e capote
eso le arregla a uno por fin la vida.

-A, pues ojalá y se le de.

-Avemaría mija, si es que eso era lo que yo necesitaba, para ver si
por fin se me cura esta artritis, que ya no me deja es caminar,
con lo que necesito un trabajito, doña Amparo.

-Pero sí es que no la deja ya?

-ji, qué ¡¡me duele!!, si viera, eso cuando me quedo parada
mucho tiempo, ya no puedo del dolor.

-Pero si Albita, pues ojalá y se le de el milagro.

...

-Albita y vos porquésque no te quedas quieta en tu casa,
mirate que esas camas sin tender Albita, yo no sé; o podes hacerte
una sop(ita), quesas papas ya setestán pudriendo.

-Nononononono. Yo a eso no le pongo cuidado, es que definitivamente
mijita, si los hijos diuno no pueden ni hacer un plato e sopa,
yo a estas alturas no me voy a matar por nadie y, además,
uno pa' qué les pone tanto cuidado, si después se van con la primera
vagabunda culicontenta que les hace ojitos y se los lleva a
revolcasen a cualesquier manga.......

-Albita pero mira.

- ......nooo mijita, yo no vo(a) lidiar con nadie pa' que después lo dejen a uno
por la primera sinvergüenza que se les pase por frente.....
........nonono, yo sí sé cómo son los hombres y esos,
antes que mis hijos, son es hombres.

-Pero shhh, callen la boca, que va a empezar la novela.
Miralos cómo se ven de lindos, eso sí es vida,
tan malos pero como viven de bueno, ahhh,
es que eso siesquiay gente que diosito la trata mejor.

-Pero mija, por eso no se preocupe, que él aprieta
pero no ahorca.

-Oíste Albita, pero por ahí en el restaurante comunitario
como que si vos vas y ayudas a hacer la comida y a barrer
y trapear un poquito, te dan el almuercito y hasta algunas
cositas pa' que lleves, mirate que eso es lo que hace doña carola.

-¡Nuuuu! mijita, yo sirvienta e nadie, mejor me quedó aquí
que mi diosito sabe cómo hace sus cosas; además, si yo me
espero unos añitos, ahí sí como que me meten en la
tercera edad...igual, pa' esa chichigua que le deben
dar a uno, pero bueno, eso sirve de almuercito.

-Pues claro que sí Albita.

-Pero es que ah, igual mija eso queda muy arriba;
yo no sé cómo esquiacen pa' caminar todo eso por un
plato e comida, si yo igual por aquí por la casa, con las
amigas y la familia ahí me voy sorteando.

-Avemaría yo no sé.

-Deja que ya nos vamos Albita.

-Ahh, ya tengo es dolor de cintura.

-Pero entonces póngale fe Albita, pa' ver si la cosa
se nos soluciona, no crea que no.

-Si mijita, ahora voy a echarle agüita a la mata
y a rezar unos padrenuestros, quesque ayer hice el
chance y el viernes me toca pagar el arriendo.

-Pues ojalá y se le de.

-Yo sé que sí mijita, pongale la fe y dele las gracias a dios.


(me fui sin escuchar más)

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P.D: no se ganó el chance, pero se está pendiente para el próximo viernes.

miércoles, 9 de julio de 2008

Alguien dijo una vez que era parcial y ese alguien aún vive......

Sobre el cadaver de noventa cuerpos cortados
avanzan diez que conservan vida., cinco de ellos
están presos, dos tienen hambre, uno está
satisfecho y el otro gobierna.


Art 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales ante la ley.



Avance su democracia, avance en potestad,
que ya por fin somos iguales ante la ley
y libres por decreto.


Bueno., creo que dejo esto y mejor empiezo la
lectura de cualquier librito imparcial,
(dicen así te vuelves buen ciudadano)
que la realidad, las calles y las ventanas,
la piel y el cielo hace tiempo que
dejaron de serlo.


Aún vives, aún sueñas,
la libertad es tu camino,
no hay una sola de tus líenas
que no esté impregnada de ella.


Tu salud mejoró y muchos tributos tuviste,
desde el silencio este es el mío,
Mario Benedetti.

martes, 8 de julio de 2008

Y es.....una piel que se pone nerviosa...

El Fauno se detiene, se observa
y descubre que no está allí.

A la vez su pensamiento sucumbe
en la búsqueda de sí.

Y es.....una piel que se pone nerviosa
y siente y es caprichosa
y se recorre en pequeños impulsos eléctricos
que le hacen variar un poco su forma
desde la vida hacia las extremidades.

El Fauno se observa y no está allí,
no es él;
aunque reconoce su imagen,
no es él.

Falta el olor, falta el tacto,
falta la electricidad,
falta rodear su tórax de presencia,
falta lo que es él, cuando es él.

El Fauno se detiene, se observa
y sabe no es él; saca entonces su flauta
y toca, buscando que despierte y adivine
dónde está.



J.L.... Quiroga.

miércoles, 2 de julio de 2008

Aserrin Aserran mientras camina.

¡¡¡ Socorro - Socorro !!! Gritaba el muerto, sin saber que ya estaba muerto.


Las calles eran oscuras, tal como la noche lo mandaba, pero el cielo resistía su encanto para otra velada de noctámbulos; para los otros, que el muerto ya muerto está y no puede ver las estrellas.

Los faroles fingían luz, pues era el desencanto quien hablaba, cuando su luminiscencia tiritaba como queriendo ser otro distinto al frío que al rededor aquejaba, o por lo menos ese era el relato del muerto, que ahora por las calles deambulaba.

¡¡¡ Socorro - Socorro !!! No era consciente de su propia muerte, de su descenso, de su vejamen.

Las almas, transeúntes, parecían aquella noche sordos emblemas, fantasmas del recuerdo y la vergüenza, cuando al pasar a su lado no se inquietaba su conciencia y menos sus mentes sin terciopelo, cosmético o brillantina, por las palabras que éste decía, las cuales, por la muerte que lo aquejaba se confundían, tímidas, con el ambiente que esta noche, sabían todos, aunque sin precisar por qué, no se podría para nada más prestar.

¡¡¡ Socorro - Socorro !!! Había allí un energúmeno y no era su ira quien hablaba, sino ahora su incomprensión la que enlutaba, tomando el mando en su expresión. Para el día en que tuvieron lugar estos hechos, aún seguía siendo él alcalde de este pueblo, su no más -terruño, que lo vio nacer, alimentarse, acaparar y desvanecerse en el reflejo de las miradas y los pasos lúcidos.

¡¡¡ Socorro - Socorro !!! Era inhumano ver aquel acto......Cualquier desprevenido, que allí no los había, se vería afligido, aún más, en el que nadie entonces se detuviera en ello ni soportara ya escucharlo: no más mentiras, no más des-ilusión; porque mi brazo no puede ser para mí enemigo., porque mi hermano no es para mi casa verdugo y mi pueblo no es mío sino que es de todos.


No más disimulos, ¡Arriba el Desacato!. Así suena la verdad sacada de un Guayacán.


¡¡¡ Socorro - Socorro !!!



Al no haberlos ya, ahora no hacen vigilia en este pueblo los verdugos, y tampoco ayunan los redentores, porque ya nadie quiere redentores.

Esa noche, en sus casas, cada uno se fue descubriendo en el otro, tomaron su pecho entre sus manos y hallaron que aún estaban con vida, se dijeron entonces, al oído, como susurro al principio, ya saben, por la costumbre: que un puñado de miedo no compra el bienestar y menos aún el alma; que no puedo sentir miedo cuando mi sangre reclama historia y libertad; que la sangre es tan grande como el amor, mas no así tan bella, lo que sí la vida; que mi pueblo soy yo, porque yo soy el otro, y mi cuchillo en pos a mi cuello no se levantará nunca.


¡¡¡ Socorro - Socorro !!!
Era el desconsuelo su guía; al que siempre le había temido casi tanto como a un comunicado sincero, similar a su vez al que le producía la esbeltez de un lúcido verso entonado a cien mil voces, a cien mil ruanas, cien mil cuadernos y en formato capela.

¡¡¡ Socorro - Socorro !!! Auxilio ahora pedía, reclamaba su muerte
y más que su muerte, un poco de atención que hiciera eco a la vanidad de sus discursos,
tal vez un pedazo de pan con sabor hogareño o un par de brazos que, en una guitarra, le dedicaran un canto; necesitaba un amigo, un compinche, alguien que le fuera confidente, que dijera quererlo.

¡¡¡ Socorro - Socorro !!! Eran sus ojos llanto y su boca un pequeño pantano que se batía tembloroso.

Reclamaba su muerte, reclamaba en el otro su muerte y, como se dijo, no por la muerte misma,
sino por abandonarse a la ilusión de que le ofrecían un segundo de piedad u odio, ya que no amor o respeto, que le eran igualmente desconocidos., cualquier cosa excepto miedo, que sobre éste ya habría navegado a sus anchas en tiempo pasado, que sin importar lo que insinúen algunos, no siempre fue mejor.

"MÁTENME, SE LOS ORDENO........se los suplico" Decía a cada ser de esa pequeña gran multitud que pasaba delante suyo, pero nadie le hacia caso, nadie lucía su intención o cuchillo
para hacer lo que él, ahora, y cualquier avezado, hasta el día anterior, creería correspondía.

Además, de qué sirven los trámites cuando nada empaña para que las flores vean el mundo a través del amanecer que ya viene y entonen allí, todas, su propio canto, que es de todos canto y es un canto bello.

De qué sirven las celdas, las vendas o un policía cuando los ojos del otro te placen porque son hermosos, tan etéreos, que sólo frente a ti, caminando junto a ti, quieres tenerlos; cuando sus manos te toman, te bastan y te llenan de vida, te abrazan y te aman, y la Vanidad se sonroja porque se le contonea enfrente la Libertad, y la observa y le tira un beso.

De qué sirve el odio cuando el amanecer se acerca y a todos ilumina que en su búsqueda están, y son ellos las calles y deja de ser el miedo su dosis personal.


Esa mañana era la magia, y si no la magia el amor, y si no el amor el encanto,
quien llevó a que todos en aquel pueblo (que se llamaba, digamos, Maconi Latamé),
después de una noche inusualmente movida, se pararan en el parque,
frente a la escuela, hacedora, y sin decirse nada, estuvieran todos al tanto
de que el muerto muerto está y de que la vida era otra cosa,
y que sin miedo es la libertad quien baila, porque sin miedo todos tienen la palabra.


Y Para qué trámites, si tenemos la palabra.

miércoles, 18 de junio de 2008

Con quién hablas?

Es cierto que le gustan esas pequeñas tormentas que la visitan de un sitio a otro,
se dice ella, Me fijo rutas que sólo para mi tienen sentido, camino la ciudad,
no dejando que los pasos serpenteen al ritmo del caprichoso afán, o del afán caprichoso.


No quiere que su forma de observar las tiendas de zapatos, de tocarse el cabello insistentemente, de juguetear con sus manos tratando de perpetuar lo bello, de ponerse nerviosa al cruzar una esquina, de sorber su saliva a cambio de nada, no quiere que nada de esto refleje que la busca al momento que se busca en ella...Tal vez nos crucemos algún día... Se pregunta a veces por qué es tan difícil entender que el mundo es así de pequeño y que no se necesitan más razones para salir y vivir de parque en parque, siguiendo pasos que se burlan del anonimato.


Se detiene un momento, lo mismo hace el afán, a su alrededor todo parece hacerse más lento, incluso su respiración, esa cadencia que siempre la acompaña y que ahora parece no antojársele otro camino. Corta sus pasos, y es un sitio tantas veces observado, pero que entre sorbos e imágenes renueva los rumores sobre los rostros que no se escriben con sus letras, las de ella y quizás las de nadie, deja que un recuerdo le colme la piel, el cuerpo y la cubra toda de amarillo.


Cada mirada que le presta un segundo de compañía, porque claro, es bella y por más que lo evite sabe que la observan y ensayan a su paso frases que se quedan, por esa carencia natural de ímpetu que nos embarga al ver una imagen admirable, en el murmullo entre un par de amigos, o en un comentario abstracto, como Qué piensa usted o Cómo le parece que está el día, para quien este a su lado, si es que no se le conoce y no se quiere ensayar ser un poco más osado. Cada mirada es un rostro que se place y parece satisfecho por el sólo hecho de serlo; pero para ella no valen por esto, sino porque son corazonadas palpables de que entre tantas ideas y puertas ajenas pueda revivir, tal vez un día, aquella piel profunda que, aunque no conozcamos la razón, compara siempre con la suavidad de una gaita, cuando ni siquiera es diestra en tales temas como para hacer una aseveración tal, que a todas luces requeriría de algún tipo de dote o experiencia.


Ojos como ventanitas en la mañana, piel blanca y labios que en un derroche de vanidad no se definen entre el rojo y el rosa, todas sus partes, no las suyas, sino las de ella, que en otro tiempo sirvieron de antesala y de sobre-piel para no caer ante su olor fantástico, ese olor que la mata, mientras se sentaban en una de estas bancas, que muchos y nadie ocupa, se daban un beso, tocaban su rostro y esperaban para caminar por encima de tantas expresiones, mejillas y pecho que se desbordaban, para pasar por sobre la ciudad, por sobre el tenue rastro de amargura que suelen tener las ciudades, por la sonrisa de los mudos e imberbes, y recibir el estallido de una de esas palabras que sirven de "punto y coma" cuando se quiere decir algo más.


Recordar es vivir, pero no siempre y ella lo sabe.


Será que la otra, la que fuere suya, ella, también piensa igual y pasa entonces que recorre sitios que aquesta ya olvidó?


El cielo amenaza tragedia para tantos días de invierno.


Hay momentos de estabilidad que rayan en el absurdo...


Se levanta, camina, se va. Deja atrás una fuente, un edificio y algunos árboles, en los que, tampoco hoy, encontró los imanes que le faltan a sus rodillas cada vez que se topa con ella.

Que pensez vous?

Tojours nous voyans que les personnes
avancent sur une route sans
continuité ou marquée du logique.

Les choses, les idées sont mortes.

Tout le temps, je pense que
on avait trois assassins
de l`esprit.

En premier, la religion ou
plutôt la religiosité.

En deuxième le "roman cirque",
aujourd`hui la télévision.

Et en troisième la mauvaise
conception de la politique.

Pourquoi?

Parce que l´humanité
a oublié ses passion
pour ses devoirs; alors,
la question est comment
le changer.

L´homme doit le faire.

Pour changer ceci l´homme
a besoin de ses passion,
de son amour, de sa vie.....
.....danc.......

....je pense que les lus grandes
passions de l´homme sont:

En premier l´esthétique,
et l´esthétique est l´art,
la littératura, le theâtre,
pour moi les femmes,
pour toi...

La littérature est absolument belle.

La littératura et l´amour sont le
fondement de la vie.

En deuxièm la passion de l´homme est
la politique comme élément
du pouvoir dans une société.

Les théories politiques sont passionnales;
le capitalisme, la démocratie, le socialisme,
le anarchisme.........

Et en troisième le monde,
les différentes cultures, les voyages,
les langues; parcourir tout, tout le monde
en bus, en avion ou dans un livre. (l´amour)

Les passions sont la vie et une vie sans
passions n´est pas complètement a vie,
simplement une vie mort en vie, sans vie.

Une vie sans passions est comme un monde
sans monde, une rue sans personne, comme un
jour sans art, sans passions, sans vie, sans vous.


Que pensez vous?

miércoles, 11 de junio de 2008

Derrocando abismos.

¡¡¡Todos a las letras!!!
que la timidez es un hito
pasado de moda.


Si son las dudas quienes hablan,
convéncelas de que
por párrafos discurran.


Callarse, tú, siniestro,
cuando la idea y capricho
tutelan en vilo
buscando las líneas.


No es receta del tiempo
que todo sea dicho,
como sí, que todos digamos.


Porque la timidez en la letra
se proclama, hoy como nunca,
más que valor, exilio y fechoría.



(después quizás diga qué aberración fue el motivo de esto)

viernes, 23 de mayo de 2008

Había una vez.

En un País de esos que todos conocemos, vivían luces y vivían sombras y era una de estas últimas la que, en especial, a cada oportunidad que tenía, buscaba reflejarse en los rostros y más específicamente, en los ojos de los pobladores de ese País, que todos conocemos.

La historia cuenta que cuando esta sombra observaba y se dejaba observar, cuando hacía uno solo con una o tal persona, para ésta comenzaba un día extraño, no diré que turbado, porque no parecía serlo, sino más bien frío; caminaba, y sabiéndose en necesidad o empeño de llegar a algún lado, el que fuera, no lograba para sí motivación alguna.

No era turbación la que acompañaba a esta sombra a posarse sobre una o tal persona, puesto que la turbación requiere de una motivación, no disfruta salir de la nada, que así no podría autoglorificarse, lo que no es ajeno al mundo; lo gustan también algunas que otras aspiraciones de las que suelen llamarse fe.

Los demás rostros, ajenos, para una o tal persona que era ese día con la sombra uno mismo, parecían faltos, como lo era ésta, de motivación alguna, eran poco claros, casi borrosos cuando cualquier expresión intentaban; una risa, una burla, una entre tantas "muecas", todas se veían, por decirlo de algún modo, como intermediadas por un vidrio empañado con grasa de la más espesa calidad.

Era esta sombra quien los ojos abría cuando así lo hacía una o tal persona, a la que en su amaño conducía y era que la oscuridad emergía tanto de sí y remitía tanto de sus animadversiones cuando sentía la sangre fluir, que simplemente ningún transeúnte, si fuere observado con atención, estaría preparado para ello.

El afán de lo humano suele ser el indagar en el por qué de las cosas, vago sentimiento de culpa de aquellos que, sin conocerse, quieren potestad sobre el resto del mundo, creyendo, sin saberse aún la razón de ello, que con las definiciones la posesión de lo extraño será suya; y así, alguién dijo un día que quizás lo que buscaba al acudir sobre el camino de una o tal persona fuere un nombre., sí, tal vez fuera eso por lo que hasta ahora ella conservaba su actitud; era ésto el resultado de que tal no se hubiere considerado en el momento.

Le daremos gusto entonces, dijo aquel, para ver si así, la próxima vez que deambule y visite lo haga maquillada, o que se ruborice al sentarse al lado de alguién en el bus, o que deje la apatía y quiera charlar un poco.

Por razones que se dejaron en el camino sin detenerse en ellas, y no esto por un desaire que a todas luces sería injusto, sino, digamos, por no entrar en complicadas diatribas gramaticales o no entretenerse con sus raíces y posibles conjugaciones, en ese País le dieron un nombre que de ahora en adelante podría conjugar mucho, la llamaron Amargura y en un brote inusitado de anhelo quisieron entenderla, mas no en tal empresa descifrarla, que tampoco a nadie se le ocurrió, sino saber qué piensa cuando no los deja pensar en nada más que ella, que motivación no tiene; qué ve cuando los ve y qué siente cuando las palabras son tacto y la rozan.

...

Ese día no salió el sol en ese País que todos conocemos.

Ese día fue una misma sombra la que pobló los rincones del cielo, cuando era el día y la noche quienes debían hacerlo.

Ese día fue la Amargura quien tuvo la palabra, quien observó, sintió y fue plácida dejándose sentir.

Ese día, una sombra que no gusta de las motivaciones, acompañó paciente el transcurrir de la falta de rutina, calculando pasos entre los barrotes de los acontecimientos y en la noche, sin más, se sentó en una silla frente a otra ocupada por una o tal persona y, en medio de un silencio que parecía pactado, se dedicó a observarla., la observó y la observó mientras ésta escribía...................... quizás se preguntaba, Por qué escribe la gente cuando escribe............y Qué dice en esa hoja de papel, que ha cerrado el cuaderno mientras nos mirábamos y me he quedado sin leer.

O quizás no; tal vez simplemente observaba.


viernes, 16 de mayo de 2008

Ensayo de soneto para dos voces - 1

Un soneto a media luna.


En un instante acabaría la vida
sin prestar mérito al presente
y sería de sí el hombre un ausente
si no tuvieran en su sombra una cautiva.


El día es uno solo, conmovido,
sin empalago, con simpatía,
cuando al pasar la veía
con su cabello, oro bruñido.


Al caminar volar parecía
en cadentes piernas, amparo y sonrisa,
he allí que él tiritaba: la palabra moría.


Era ella un verso y su boca fino manto,
que hacia el señuelo su expresión vestía
en este no racional camino, en este su tímido encanto.

jueves, 8 de mayo de 2008

......................Permíteme..................


Permíteme abrazarte con palabras y mirarte con un párrafo
mientras tus gestos, roces y sonrisas
se transforman también en letras, lucidez y amparo
y me miras con tus manos y me abrazas con vocablos
y es ese un canto galante, porque la galantería es un mismo canto.


Y allí está tu tren
el que te circunda, te transporta y te recorre
por mágicas palabras
que son la misma voz del encanto.

martes, 6 de mayo de 2008

La mujer más hermosa del mundo.

Asuntos importantes


A mi eso de las fechas me parece un tanto intrascendente, digo, me suena más como a un invento comercial para que nos llenemos de tarjetas, regalos y esas vainas; creo que una vez los simpson se refirieron al tema, con su famoso día del amor, en el que se decía que "una nueva fecha especial es un nuevo espacio (necesario) para las ventas", o algo así, esa es la idea.

También creo que a la gente que se quiere se le rememora todos los días, por ese toque cierto o indecible que te hace quererla, por esos segundos, minutos o vidas que te ponen a extrañar.

Esa mujer, de la que hablo, es de las únicas que logra que me avergüence de las pequeñas cosas y es ella quien hace que me llene de motivos para nunca más sentir vergüenza; ella quien ayuda a lidiar con el pavor de los días rotos y de las noches en vela; ella quien sabe la porción exacta en que disfruto la leche en el café; ella quien me dice que si sigo llegando tarde a mis compromisos, la vida me lo terminará cobrando; ella quien se burla de mí cuando me caigo, me despeino, cuando cualquier cosa (...); aparte de todo, no cualquiera se aguanta a un hombre desordenado, que además cree que ninguna autoridad está justificada per se y que por eso suele pegarse de pequeños detalles para querer rebatir grandes asuntos, y no por capricho, Convencido.

Ningún tributo, así, estaría completo sin darse un paseito por el barco de la sinceridad; sin un te quiero, sin un te amo, aunque me lleguen a costar tanto trabajo, estas palabras, cuando en eso de la presencia estamos.

No es por una fecha, es porque la quiero; porque hoy, cuando la vi, tenía dolorcitos en sus piernas (de trabajar-de trabajar) y aún seguía con los chistes, y con sus ojos tristes, los que coloca para que la mime, sigue siendo, y quizás por ello, la mujer más hermosa del mundo.

Aunque pocas veces a ella escribo, siempre es fuente de cosas buenas.

Se llama Martha y hoy le duelen las piernas.

...............y es tan linda, que no entiendo cómo él, mi tocayo, pudo alguna vez conquistarla.

sábado, 3 de mayo de 2008

Pin pon.



Odias cuando eso pasa, pero hay moment(itos)
en los que algunas imágenes te toman por sorpresa
y te muestran que aún te atreves a extrañar;
pero bueno, sigues estando vivo, una muestra más de ello.



Cuando quieres, necesitas, pero no siempre que necesitas, quieres,
y claro, el porcentaje de lo que recoges
no siempre corresponde a lo que necesitas o quieres.


(....) Hay colores más húmedos que otros;
hay rojos que te dan un poquito más de vida
con cada una de esas pequeñ(itas) muertes,
y bueno, está de más decir que disfruto el amarillo (....)


Y el olfato.......creo que esa es otra historia.
Es como una sombrilla,
que se abre al cielo y se entera de todo
y en las grandes tormentas, allí, no te puede dejar solo.

Unos cuantos "toc-toc" y todo estará listo.







Anticipo las disculpas,
pues el dibujo no es mío.
Pero las montañas y los molinos y ellas vestidas para la ocasión,
únicamente podía ser él.





miércoles, 30 de abril de 2008

El título siempre es lo más difícil, por eso este no lleva.

Hoy estoy digamos poco imaginativo, por estos días el estudio ha estado un tanto pesado, por lo que el tiempo para la literatura ha sido poco, quiero ser gracioso, pero nada se me ocurre, debería estar más consternado, pero no, simplemente estoy ahí, de nada en nada.


Iba para teatro, la acompañante no llegó temprano, digamos, para ser exactos, media hora tarde, no pudimos entrar, y desde que uno se vea obligado a cambiar una hora y media de teatro por un par de cervezas, creo que la cosa no va por buen camino.

Pero bueno,dejando de lado el pequeño prólogo, pues digo:


"Yo había llegado tarde, de nuevo". Me senté en una cafetería - desayuno a las dos de la tarde - y me pongo a estudiar un poco. ¿Cuál es la finalidad de la pena? ¿para qué la cárcel?

Desde la calle alguien me habla - no soy muy bueno recordando nombres, he olvidado el suyo, pero sí me lo dijo - "disculpe lo interrumpo, estoy desempleado, me hacen falta 50 pesos (unidad mínima de valor en Colombia) para llamar"

Me dice que terminó el bachillerato en Copacabana hace ya algunos años, que le gusta leer, de hecho tiene un vocabulario de esos que te place escuchar. Que ha empezado dos ó tres carreras, se burla de sí mismo, me habla de la voluntad y me dice que le gustaría estudiar filosofía - letras, pienso yo, dichosos ellos.

Que ahora trabaja como pintor de fachadas y se despide diciendo que ojalá nos viéramos de nuevo para hablar un poco - pienso igual.


La ley:

La ley crea delitos y crea delincuentes; y bien, mientras unos dicen expresar la "sabiduría general" y se llevan el dinero, ese sí general, otros salen a las calles a buscar su sustento y no pierden la ilusión de que ese día puedan darle algo nuevo a la vida.


Qué mala la cárcel, que hace de personas así sus clientes predilectos. Tantas corbatas y pantalones de paño, digamos, no nacional, se sientan a ver - hasta creo que lo disfrutan - cómo sus desvalores, los que promulgan sus bocas y firman sus lapiceros, desquician la sociedad, y se mueven bajo la lógica de "Acabo una vida, me gano un peso; otra vida, otro peso; cuarenta millones de vidas y ahora sí soy acaudalado."


En la noche recibiré un escarnio telefónico, pero valió la pena llegar tarde.


En la noche:

Regaño mediano.
No hubo teatro.
Dos cervezas y un poco de son cubano.
Sí hay estudio.
Hermana con dolor de cabeza.

Salgo a comprar pastillas y alguien se me acerca y con la misma diligencia de antes me pide dinero para un café, me dice que vive en Castilla, que es pintor de fachadas, que le gusta estudiar, que robar va en contra de su escala de valores - que su padre le enseño eso - y yo estuve a punto de decirle que con hambre esa escala de valores cambia y que así, el dinero es para quien más lo requiera - y me confiesa que en ocasiones lo que hace es decir leves mentiras, como que necesita dinero para llamar y así poder comprar un café.


No entiendo cómo hay quienes buscan en la fama el sustento para sus vidas, que quieren ser vendidos, comprados, vistos, votados y elegidos; no entiendo, si sólo en el anonimato se encuentran personas así, pintores de fachadas, con las que se puede hablar, que te mienten y después de dicen por qué, que te miran a los ojos y se ríen de lo que ellos llaman "sus malas decisiones", que se emocionan con la idea de estudiar más que muchos tantos y que te hacen creer que en Colombia aún no es delito atreverse a soñar.


Ojalá y la cárcel no se meta.


Y bueno, creo que dejo ahí, que necesito seguir estudiando. Deséenme suerte para mañana, o bien, para hoy, que ya son las dos y tanto de este nuevo día y con los minutos, el sueño me repite que no le siga robando noches.

miércoles, 23 de abril de 2008

Noticias de un día como hoy.

Qué somos? fue el titular que más llamó la atención superando la tarde.

Hoy, Simon Bolivar declaró que Francia era la patria donde quería disfrutar el resto de su vida;
hoy, Camilo Torres, antes de irse a dormir, rezó tres Padre nuestros para que Dios diera redención a los pobres.

Hoy, Nietzsche fue bautizado bajo el culto cristiano, por segunda vez y a los treinta años. Dicen que sonreía.

Hoy Saw se hizo con el Oscar a mejor guión adaptado y García Marquez perdió el Novel, afirman que el realismo mágico no es invento suyo y que por tal es indigno para dichas condecoraciones; dicen también que una sonrisa alcanzó a mascullar su rostro, imbricado de vergüenza, al momento que se disculpaba.


Qué somos?


Hoy soy un cualquiera, un don nadie, un buen vino servido en vaso desechable, un 0.5, una habilitación mal sustentada, un concierto sin sonido, un teatro sin actores, una bicicleta sin ruedas.


Hoy, descubrieron los medios que Romeo vive feliz, disfrutando de una considerable pensión de vejez heredada de su padre, un hombre acaudalado, que comparte su dicha con Carlota, su benigna esposa y que su noviecita de juventud, una Julieta, murió de un resfriado hace ya varios años, aunque la información es confusa, ya saben ustedes cómo actúan esos medios.



Hoy soy la necesidad convertida en hija de puta.

Y ahora, a quién acudo cuando el motu propio ha bastado para que mi espalda se encorve y los edificios de la ciudad asciendan hasta tapar el sol de una ilusión perdida.

Somos el lastre de lo que pudimos ser y somos la creciente de lo venidero, ese pequeño caminito que ahora (todavía) recorremos a gatas, mientras sus piedras, agudas, toman parte en nuestras rodillas y nos ultiman a levantarnos o a que seamos testigos del trabajo del desangre.

La tuve entre mis sentidos y mi briosa ilusión como solo ella lo sabe, y como no puedo decir conozca más, y aunque dicen que el amor más grande es aquel que se calla, la turbación se niega a permanecer allí, intacta e inmóvil, quiere salir y comprobar qué tan cuantioso es el parquecito que ella dice la asusta.

Cuando después de algún tiempo la vi, a la mitad de un día que dejaba mucho que desear, tuve esas cinco punzadas, rodeando, cuatro, el estómago y una, en la boca de este, supe no estaba preparado para que ella estuviera allí, aunque mil palabras dijese y aunque mil sonrisas nos acompañaran.

Le debo palabras: le debo decir que sí, que sí me alegró el día y que sí me llevó a sobrepasar una tarde que iba por mal camino. Le debo un pañuelo, le debo mis ojos, le debo sentarme, le debo sea Todo, le debo que se quede allí, a mirar un gato y que eso baste para sonreír y dibujar un horizonte, le debo que me ponga a pensar cada que habla de política, y que el calentamiento global me parezca ahora algo más serio. Le debo la imagen, le debo su vestido blanco y su falda naranja.

Le debo la decepción, la que callo, la que siento cuando leo sus letras y las comparo con las mías, cuando veo esa simpleza diciente que tienen sus palabras y no puedo desarmar así el rompecabezas de mi tinta.


Hoy, despertó Vincent Van Gogh, todo su cuerpo enfundado de unidad, y se tomó un café suave, leyó un suave texto, pintó un retrato que después saldría a vender y fue plácida su vida.


"Cuánto la ame", decía Neruda. Me inscribo ahora en sus palabras, como lo debieron haber hecho tantos, bajo el amparo, yo, de la singularidad de una tristeza, y al momento que miro las huellas de los pasos que no dimos y repaso cada instante de la vida no vivida.

Para la Niña mala, con delirios que no caben aquí y que solo conciernen a las miradas.

Retaliación al tiempo después.

En una de aquellas, de estas noches en las que me la paso merodeando, quitándole tiempo al sueño, anduve revisando el correo, bajo petición de una señorita que, al ver 405 mensajes sin leer en la bandeja de entrada, pareció escandalizarse y llenarse de motivos para decir que nunca estoy pendiente de lo que sucede a mi alrededor.

Aunque lo dijo de manera un tanto ligera, creo que razón no le falta, quizás un poco de más conocimiento la llevaría a afirmarlo con mayor severidad.

Revisar el correo es algo así como darse un paseo por el pasado, hacía unos cuantos años atrás.

Quienes éramos, qué teníamos y quienes nos escribían.

Sigo revisándolo mientras escribo, y la verdad es que me lleno de nostalgias, una tras otra conspiración de "sensibilidades". Me detengo en lo evidente, en lo que ya sé, pero como el aviso de regulación de velocidad en las autopistas, parezco necesitar un breve lapso de memoria para saber que tal es importante, que está allí, o que estuvo, por lo menos.

Son varias las personas que han pasado por esta vida, esperando tal vez una señal de vida, de honor o de "clásica intranquilidad", algo, algo que hubiera evitado que ahora me arrepienta por no sé qué cosas al leer mensajes fechados hacia marzo del año 2007.

Cuántas cosas pueden haberse trastocado en ese tiempo, es la pregunta.

Será que hemos cambiado al son de las historias que se mueven a nuestro alrededor, que nos cobijan a menudo, o nos hemos estancado creyendo que para ellas el tiempo no debe pasar y nos hemos fundado y refundado bajo el anhelo de las viejas presencias. Me gustaría creer que es una unión de ambas, porque no siempre demostramos querer que el pasado se quede allí, envasado en el recuerdo, sabiendo también, generalmente, que puede no ser más que necesario, para, con total impunidad, mirar a los ojos claros que siempre están allí, conspirar en el bastión frontal de la vida, y hacerlo sin ningún tapujo.

(entretanto y con algunas conexiones)

Hace unos días dieron inicio relaciones con Federico Nietzsche, grata sorpresa es cada una de sus páginas, y aunque muchas personas parecen ser bastante doctas en sus letras y quieren lanzar opiniones tan elaboradas como convencidas, creo no es tan simple, sobre el amparo de una lectura, simplificar al superhombre en las propias opiniones. Qué diría Hitler, qué diría la (post)modernidad, qué diría Colombia.

domingo, 20 de abril de 2008

"Novecento" de entrada por salida

Las bibliotecas pueden ser lugares muy tristes,
delirantemente tristes, sórdidos,
pasionales,
amantes, indudablemente hermosas,
tan dicientes cuando te tocan,
con ese misticismo
que el tiempo ha logrado refinar,
mas nunca sustraer.
Siempre felices.

No me gusta ser esclavo del tiempo,
quizás sí de la luna,
tal vez de la niña mala,
aquella en que confluyen las mujeres bellas;
qué diría ella, la luna, la niña mala,
ese concepto invariable en su invulnerabilidad.

"Una oleada de viento te recorre
y te quiere transformar",
leía alguna vez.
Y ahora digo, no, no es una oleada,
son muchas, rayos, muchas,
montañas de ellas,
palabras que se buscan a sí mismas,
que tienen un inicio,
una R
una K, algunas
una S
una M
rayos, la M,
esa, que nos transforma, nos crea y nos destruye
en un segundo de vida y de (no)vida,
esos, que siempre serán iguales,
porque la pasión y la centinela del alma
no reconocen diferencia
en aquella simple estructura.

Decimos:
"No podemos alejar tal o cual
cosa de nuestras vidas" o,
"Tal o cual cosa siempre se nos aparece
para robarnos la tranquilidad",
pero lo cierto
es que somos nosotros quienes
nos rehusamos a desaparecer, a ahuyentarnos,
por miedo a que nuestra más
simple esencia desaparezca
y caigamos en aquel rótulo
que se ha creado como
eufemismo para ocultar la
infelicidad que da la rotunda rutina,
nos resistimos a ser personas normales,
aquella raza en torno a la cual la
incomprensión se mueve en una
constante doble vía,
porque de tanto en tanto, mueren
unos tantos, y a nadie le importa.

En un momento de espabilo
nos surge otra inquietud,
nos la sugerimos
y dejamos así la tranquilidad
para otro día:

"Hasta dónde podemos reprochar
cuando no sabemos a qué ritmo
circula nuestra sangre?".

viernes, 11 de abril de 2008

Decálogo del despilfarro

Ninguno de los ataques que nos sumergen en la pocilga del destierro provienen del mundo exterior, por más que el hombre empeñe en tales razones su cobardía. ¡¡Mentiras!!, ya que esta raza es tan absurda que no necesita más motivos que participar en la vida para empeñarse en buscar la inminente cosificación, por más desaparición, de su alma, si es que tal existe y si es que la sensibilidad juega algún papel en estos hijos bastardos de la irracionalidad, que ni siquiera merecen llamarse locos, ya que dichos subvalorados seres son tan únicos como capaces de la genialidad, término este que ahora solo se aparece bajo la luz de fábulas y mentiras de los que en el pasado se exhuman, o fingen hacerlo para así anotar sus nombres en los pie de página del libro de la historia.

Muerte, muerte, muerte, tararean los relatos, al parecer como su única consigna, así estos se encubran, pusilánimes, en las barbas de otras esferas, encantos, que resultan más atractivos al votante, como el amor, la libertad, la guillotina y otras tantas que por la tentación, la cobardía y el engaño no valen la pena, ni la tinta, ni el papel para su mención.

Siendo la virtud algo tan deseable, es raro, asqueante, que el fruto del presente, sino quizás de toda la historia, pasada y futura, sea un diario llamamiento a este valor; volverlo bagatela, ese es el lema.

Dicha hipocrecía solo es comparable con la mirada, pluma y sendero de aquellas mentes, "maravillosas" e "inventivas", que segundo a segundo nos salvan y nos conducen por la animadversión de la apacibilidad, nos encierran en la pasividad, nos enseñan a mentir, con ficciones tan elaboradas como la misma ley que lo permite.

Parece ser requisito, para ser parte de lo que llamamos historia, la insensibilidad, la insensatez, porque hasta el soberano hedonismo ha caído en vergüenzas con esta lluvia fácil de blandas ilusiones.

Todos los días los llamados diseñadores, asesinos de su nombre, o continuadores, no sé, nos venden formas fáciles de pensar, de llevar la mente hasta lo más estancado de su no-mística, nos enseñan ilusiones con la misma simpleza con que nos entierran en el robo a nuestras posibilidades de soñar. Caminamos sobre la pulsión mientras no nos creemos siquiera capaces de separarnos de aquellos esquemas que nos plantean; nos enseñan a vivir, mientras los muebles se ensanchan, porque nuestro tiempo en ellos es eterno, para qué el mundo, para qué salir, si allí está todo, si tenemos esas dos cajitas mágicas que nos muestran cuan lejos hemos llegado, nos dan las llaves de la puerta situada al final del camino (si es que tal existe) y nos ahorran así las vicisitudes del mismo.

Caemos en la trampa, y hasta nos vemos obligados a especificar el contenido de lo que creemos no preciso, desconfiamos, subvaloramos la mente ajena, los mismos ajenos (parafraseamos a través de la misma lógica) y nos desgastamos en párrafos acuciando qué estamos escribiendo, qué decimos, no vaya a ser que la imaginación asesine la modernidad. Pudiendo decir únicamente, que si tal ocurriese, mi firma estaría, auténtica, al pie de la alegría, amante y pasional, que tal (me) generaría.

Disculpas por las aclaraciones, aunque (re)leyéndome veo como el desgano parece haber guiado los renglones, por lo que quizá no lleguen a los oídos de nadie, igual necesito descargar este poco de rabia que me generan tantas cosas, tantas, entre ellas, los medios de comunicación, estos impunes asesinos de imaginación.

Manifiesto quemado, antes de su nacimiento, por sus propias aseveraciones (dudosas, por demás) y sus contradicciones. Claro que llego a detestar este y otros aparatitos por simplistas, asesinos y absurdos, aunque me aleje de esta línea, pero lo cierto es que resulta más fácil morder los cantos cuando se les ve y cuando se tiene cierta recurrencia a ellos.

Algo lo salva, considero ahora. Tantas fotografías, particulares, tantos textos y "vidas" que sin pasar por aquí fuera bastante difícil conocer. O quizás me estaré perdiendo de algunas humanidades, personas e imágenes que ahora suceden mientras me releo por segunda ocasión. Tal vez estaré perdiendo la oportunidad de conocerme, a fondo y sin amagues de engaño, tan común este, aquí, como lo he mencionado; aunque claro, nadie se conoce si no se ve en los ojos de otro(a) y tal camino, por ahora, incluso en este espacio, de manera peculiar, buscamos recorrer.

No estoy seguro de lo que digo, me canso, quiero caminar un poco, en fin, creo que no me importa mucho.

A propósito, ahora estoy en clase, escucho, y una vez más confirmo que los conquistadores, burdos, torvos como los llamase Pablo Neruda, que nada tenían que descubrir - como si nunca hubiésemos sido conscientes de nuestra colosal naturaleza - o conquistar, nos arrebataron, al son del cuchillo, de la pedante modernidad y la religión, la que fue la primera (algunos dirán que la única) opción real que en estos lares hemos tenido de desarrollarnos, de manera independiente, cabalgando sobre nuestra cultura, y con ese respeto tan mágico hacia la naturaleza, que para nosotros, los actuales (los modernos), sabios y (no) barbáricos nos parece astronómico, casi alevosía.

Maldita historia, escrita por otros, ajena a nuestro ser y a cualquier concepción real sobre la divinidad. Esta historia que nos lleva a creer inconcebible algo que a todas luces debería ser normal, preconcebido, axiomático. El respeto, amante, por todo ello; vida, humanidad, naturaleza, amor, ser.

Entretanto, después llega otro insolente, tosco, a decirme que me deje de expresar. No, no me puedes cohibir escribir, opinar, soñar, enamorar(me), cazar, estar, caminar, recelar, dudar, comparecer, o si lo vas a hacer, por lo menos dedícale palabras a tus palabras, si no, no me jodas, dejadme vivir en paz.


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"todo es veneno, nada es veneno, solo la dosis hace el veneno" (paracelso)...........cuántos justificantes necesitamos para suplir (nos) y saltar al vacío.
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miércoles, 9 de abril de 2008

Cómo dividir un día, no precisamente por la mitad.

...........Hola.

...........Hola.

...........Dice madre que le debes dinero.

..........Ah, ...........................gracias.

..........................................................................

...........Cómo estás?

...........Muy bien,...... y tú cómo estás?

...........Bien bien, en lo que respecta..............

...............................................................

...........Qué bueno................me alegro............

..........Bueno.....chao, que estés bien.............

...........................................................................




No fue ella, no fue el, fueron ambos, solo que ahora el día se había dividió en dos únicamente para el segundo, como lo constata, y no así para la primera.

Es extraño, cuando tantas palabras se quedan en el tintero, bajo ese refugio que no siempre resulta ser el mejor, bajo las líneas del silencio. En ese punto agradeces estar solo, porque así nadie más es testigo de la expresión que está tomando tu rostro ni del acento dispar con que empiezas a caminar, aunque sería bueno, lo sabes, verse obligado a explicar el por qué y confesar que no has sido del todo sincero.

"No estoy sangrando, pero duele tanto", escuchaste decir, alguna vez, a un "personaje" que lo retomaba de un libretista, mientras sujetaba, con su mano derecha y en un aspecto un tanto constreñido, la parte del pecho, de su pecho, destinada al corazón; en ese momento tuviste la "idea" de robarte esas palabras para un texto y te aprestaste, entonces, a buscar una oportunidad que fuera apta para ello, aquello que llamamos un contexto.

Pero ahora, que crees tenerla, hubieras preferido, quizás (lo sabes), no enfrentarte a esta opción de surtir tu pretensión; porque en este momento, que ella ha dividido tu día, comprendes lo mucho que dicen esas palabras que iban a ser víctimas de tu robo; pero claro, la economía te decía que debías llamar, pero claro, necesitabas una disculpa para hacerlo; sirviendo esta, lo ves, en tu interior y como justificación que lleve a mantenerte erguido, para nada.


Escribir subsana un poco, siempre lo has creído.

Das las gracias, entonces, reales, a ese lapicero y a ese cuaderno cualquiera.


........................................


Click, terminas la llamada y sigues con tu día.

domingo, 6 de abril de 2008

Requiem por un día cualquiera

"toc-toc", llaman a la puerta.

Si alguien observara la escena diría que esta es un poco constante, repetitiva casi, pero lo cierto es que frente a visitas como la de ahora, los nervios seguían siendo su guía.

Atiende, abre la puerta, la azul, la amarilla, sabiendo de antemano lo que (en él) produce aquella imagen, la vida que aguarda al otro lado del portón, y no es que tal fuera obvio, digo, porque sabemos que otras personas esperan allá afuera, un momento, unos momentos, a que algo pueda suceder, pero cierto es también que el "toc-toc" nunca será igual.

"cien y cero" pulsaciones, todas a la vez, bajo el llamado de una tela blanca, semitransparente, que no alcanza a llegar a las rodillas.

Sin esperar a ser autorizada, se adentra en la habitación, como tantas otras veces lo hiciere. Las miradas los rodean de tal manera, les pertenecen tanto, que casi se podrían ver, tocas las dudas, las de siempre, las que no fueron ni serán nunca suficientes.

Cuando se han dicho tantas palabras, ya su suavidad parece no ser tan plácida... ¡Miento!, miento. Creería que debe ser al contrario y fuere por tal que, ahora, las bocas se mueven pero los sonidos no llegan, ni siquiera se quedan a medio camino, simplemente saben No son necesarios y por tal se ahorran su existencia.

Hay sonrisas, también, lo cual puede indicar una conversación fluida, sin amaños de pesadumbre, como siempre las fueron, amenas; el proyecto más humano que el mundo haya conocido.

Una luz pálida, generosa, los envuelve, mientras sus brazos llevan a cabo el descubrimiento de aquello que anhelan, el mundo se reduce al tacto (con una pizca de olfato como acompañante, se percata), confirmando el azul y el amarillo, o mejor, el azul-moradito, cree leer en sus ojos, y sabe que sí, que es mejor, que es azul-moradito, como aquella flor que sólo allí se deja crear, porque sólo allí existe.

Algo ocurrió, se suceden las sombras, las sonrisas se hacen etéreas, pero tan constantes como el mismo tiempo.

Recuerda ahora las palabras de agravio, burlonas un poco, bajo un tapiz de recelo, duda, pero con ese misticismo de sinceridad que siempre solía estar presente, cuando su cabeza giraba en derredor, como ahora, y terminaba su curso en ese otro mundo, en ese buen humor, en ese camino húmedo que hace que el alma (cuerpo y alma) se sienta satisfecha, al momento que se percata de que la envuelve una creciente e inminente necesidad; dulzona, agria, locuaz, atrevida, amarga, deleitosa, cascada, fluida, torrente necesidad, debo decir.


Ella, recuerda, la que dividió en dos y le dio un nuevo olor al mundo, con una sola imagen, con la primera de ellas.

Se despista, se levanta, abre, aunque sabe que ello no era necesario, ya la habitación desbordaba de su presencia, de esa combinación de blanco, negro y rojo (olor, ese olor y esa tez suave) que, como siempre y desde los albores de su descubrimiento, en lo que a él respecta, lo sorprendió y lo sorprende ahora; con sus colores, vivos y ansiosos, con sus colores húmedos, que lo llenan y lo envuelven en la irracionalidad, estado que busca, estado que disfruta. Látigos lo golpean, de nuevo en ese son, el de ella, tan sugestivo como inesperado.

Ahora sí hay sonidos, hay deleite. Ella ha entrado por la puerta roja, aquella que tiene su nombre marcado, en tal relieve, que empaña los demás, y una sonrisa, la primera mirada bastan, no son precisas dilaciones, para comprender, decirse, que se acompañaran por el resto de la velada, y que no hay mayor incógnita por resolver, que cómo soportar tanto encanto, tanta pulsión y más aún, cómo vivir sin él.

jueves, 3 de abril de 2008

Y si me lo preguntaran?.....Diferentes acepciones de la palabra FIN.

Qué significa llegar al fin-finalidad.


"Fin: del latín finis que significa finito."...........Y si me lo preguntaran?. Yo diría, "Abrase visto tal falta de veracidad, tal antipatía bajo el intento de ser objetivos."


Y como en últimas, ahora se trata de ser subjetivos, pues no me vincularé a respuestas como esa.

Qué tanto podrían pregonar sobre el fin quienes tan solo se asoman a la imbricada pero seductora puerta del inicio?


Es como poblar de palabras uno de esos momentos que se resuelven al son de las miradas.

Es como negarle el mundo a una mujer que nos recibe con una sonrisa cada vez que aparecemos.

Es como pararse a caminar, por la vereda, mientras nuestros ánimos se sitúan en un pequeño pasaje, bosquecillo, sentados, viendo cómo las estrellas, ninfas, aumentan su tamaño y se multiplican en población, convirtiéndose en aquellos toques que detonan la pulsión.


El mundo que allí afuera espera a que nosotros, los despistados, lo tomemos y nos dejemos tomar, afirmándonos el uno al otro, ese mundo, me lleva a pensar que tal vez el fin sea el lanzar una mirada, acogida en la timidez, siempre locuaz, a esa pintoresca mañana que se sitúa, ahora, más allá de la puesta de sol que es nuestra caracterización; siendo así, aquello que se espera, aquello que queremos observar, inverbe y animosa contemplación.


En el libro primero del libro Moral a Nicómano, Aristóteles titulaba: "El bien el es fin de todas las acciones del hombre", y aunque aquí refiere el filósofo el término fin como "objeto", "finalidad", para muchos momentos, mejor definición no creería posible hallar.

Porque claro, fin es aquel objetivo sobre el cual cabalgan las acciones del hombre, y estas, como acciones, ven en el bien, - la virtud, agrego - su propósito, su intención.


La verdad es que no creo que se halle un término para los caminos, más bien soy amigo de los procesos y por tal, me atrevería a reformar, sin caer en el irrespeto, claro, ni en el sobredimensionamiento de lo propio, pero aventajado por los anhelos que siempre trae situarse frente a las letras, la rememorada consigna, y ahora, digo que "el fin es el proceso que lleva y conlleva a la virtud - humano y armónico sentido - . A la virtud y al encanto."


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A veces las ideas pasan por ahí, a la espera de ser capturadas.


En el teatro, el fin (final) se da cuando cae el telón, y se espera a que se sucedan aquellos minutos, que separan este instante, de la perseguida (pretendida y antojada) charla con los invitados (a).


"¡es tan largo el fin, entorno al inicio!". Quizás, pero a la vez es tan seductor el intentar describirlo.

domingo, 30 de marzo de 2008

Palabras contadas que caminan por ahí.

Quiero redimirlo, quiero redimirme.
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Las ideas avanzan, como queriendo superponerse cada una a la anterior, por la mía mente, pero ahora es preciso decir que las palabras no son tan fluidas; siempre he creído que el idioma, incluso uno tan rico como el nuestro, se queda corto en gran cantidad de momentos, justo cuando más se le necesita.

Pero debo redimirlo, de tantos días y tantas líneas en los que mis ánimos estuvieron enfocados en infamarlo, rebajarlo, a simple invento en el que concurren aquellos que han dejado los libros a un lado y se han enrolado en la simpleza, en la más burda de todas las simplezas.

"Mañana será otra historia, es posible (aunque el texto original fue concebido en un "papelito", que me sirvió de guía cuando las palabras me tomaron por sorpresa, en los avatares provechosos que traen siempre las reuniones familiares, y de hecho "hoy ya es mañana" y (aunque) la "cosa" no ha cambiado, igual se quizo que cada línea partiera del original y espero que así lo comprenda cada tribunal)."

Mañana será otra historia, es posible, y de ser así quizás también lo consigne, aunque claro, puedo dejarlo en las páginas reales, las de papel, ellas, que siempre resultan ser más amables.




La historia:

Hoy, (ayer, de hecho) al ritmo de las teclas, se llegó a un buen sitio; un agradable puerto, aparentemente. El momento adecuado, es, digamos, la hipótesis sobre la cual me allano, debiendo decir también que las ideas que para el momento se pusieron en consideración plantean discusiones que ahora, ellas, no quieren darse conmigo, pero igual permanecen allí, incólumes, en su gama, en mi gama, en el núcleo de las posibilidades.


Bajo este rótulo quiero realizar un sentido desagravio para con el Internet, aunque bien, aún creo que sus métodos lo que hacen es conspirar para alejar, acto vil, a la mirada de su par, y a la voz de su genuino y único auditorio, aquel que todos los días nos hace creer en la virtud, en el encanto.

Mañana será otro cuento, (repetía para el momento), pero si me sitúo en el hoy, en el ahora, debo decir que el "chat" no es algo tan malo, (en nuestra conversación aquí situaría una frase que dijera: jajajaaj, léase risa indefinida, pero sincera)......................lo escribo y siento que me estoy traicionando, pero por ahí dicen que las ideas pueden ser tan cambiantes como las personas, que nunca el río será el mismo y que cada quien se crea y nutre al interior de sus contradicciones; con eso me basta.

Para ella este texto, para ella un saludo y para ella un "Gracias" por las risas arrancadas y por las palabras consignadas.


Léase, notifíquese y cúmplase.



fin.










viernes, 28 de marzo de 2008

N.M.

Sentado en la noche frente a una pantalla, esperando respuestas que no quieren llegar, escuchando aquella música que en otro momento les hubiera arrebatado una sonrisa.

Llamar....no hay manera. (...¡¡¡) pienso en ello y el entorno se encarga de descalificarme, porque al son de la palabra "ESCRÍBELE", no hay razones que puedan exculpar.

El Internet es frío, eso ya lo sé; aunque leyendo y releyendo quizás las incógnitas puedan cambiar.

Se llega a un muelle con la ya no mística intención de que un teclado interprete sentires, como si este fuera el soporte que realce su mirada al momento del escarnio, que aunque privadísimo, no deja de ser por esto menos punzante. Pobre inútil. No él, no el teclado, que incauto avanza, sino el que ahora le dicta, con sus trémulos conceptos y sus fáciles alegatos. Valeroso cobarde o simplemente condiscípulo eterno del arlequín de las dudas; el mismo que le presentaron aquel día, entrecruzada su mano con la ninfa del encanto; ya saben, esos paquetes de ternura y pulsión que no eres capaz de rechazar.

El compañero de teclas lo hace recorrer ese camino que ya empieza a parecer predecible, lo mueve de un blog tras otro, y el que escribe se esmera una vez más en inquirir, a cada actuar, a cada letra, esperando el camino que ella transitaría, pero los comentarios acallan las respuestas, no abordan sus tutelas, tan solo gratifican a un conjunto, o conjuro o lo que sea; un grupo de personas, que separadas o al unísono, plasmando quizás dulces confites del anhelo literario, colocan sus almas, o por lo menos sus minutos, en refrendar una - (otra) tras otra - posible ilusión.

No puedo saberlo, no puedo leerlos, no puedo siquiera dormir a pesar del agotamiento, este que se jactaba, en el camino de regreso desde la universidad, de ser infranqueable y ahora no se atreve a mirarme a los ojos.

El sistema frente al cual me sitúo, ahora, ha empezado a reproducir un mambo, delicioso, debo saberlo, pero como la literatura, como el mismo sueño, como la mayoría de las personas que a diario se aprestan a mi camino, nada de esto me llega, simplemente me son ajenos.

Espero, sabiendo de antemano que he sobrepasado la barrera de lo manejable, sabiendo que mi pensamiento lo he difundido en todo su contorno, con temor a tocarla (eso sí), temor de quien se concibe en pérfido declive, pero que conserva aquella ciega esperanza, que por ciega, no tiene más fundamento que ella misma.

Quiere dormir, él, yo, o por lo menos poder sentarse y disfrutar de un buen libro. Tantas opciones.

Seguirá buscándola (.......) porque sabe que, inevitablemente, si se enfrenta a divagar en intentos de reposo sobre su cama, la tendrá en cada pestañeo, en cada movimiento de sus brazos, en cada respiro, en cada instante de sueño, si es que tal entra en escena; estará, lo sabe, como lo ha sabido tantas otras noches. Estará allí para recordarle que esa cama también un día fue suya y que ahora las sábanas deben fabricar su itinerario únicamente al son de sus vacilaciones, y no más sobre el delirio metafísico que suponía cada uno de sus movimientos, los de ella, la N.M., la que siempre está presente.



miércoles, 26 de marzo de 2008

circunstancias (no)pregrabadas......

" La experiencia histórica confirma
que la humanidad no habría logrado
alcanzar lo posible si no hubiera
insistido, una y otra vez
en lograr lo que parecía imposible"

Max Weber.


Pero bueno, supongo que eso simplemente
servirá para ver la dimensión de las cosas,
y percatarnos de que la circundante olla
no es tan grande como muchos creen.

4 pantalones y treinta estrellas por favor

Del veinte al veintiuno de noviembre (2007), trasnochando.
Parece que el cielo hubiese
encendido, al fondo de la habitación
y como queriendo climatizar el
ropaje, que impávido colgaba,
destilaba, una fogata. Más mi
cuidad, parca como siempre
y en su afán por competir,
dice no querer más que apabullar
ese santiamén de sueños, evocaciones
y reposo.
Aún así, hoy pude ver algunas estrellas.
Hoy añoro el campo, lo rural,
con sus verdes y con sus azules,
pero sobre todo, con su falta de
esa pretendida modernidad
citadina.
Un instante lo precipitara,
solo un momento bastaría,
para trastocar este engreimiento,
y poder así,
pedir más deseos, volver a nadar
en el océanos que aún rememoro,
en el oscuro y nítido océano,
sentado en una balsa
arrumada de grillos.

cómo pintar el amarillo

Erase una vez un duende que vivía
en una ciudad gris; oscura y gris.
Luego, buscando cambiar ello, se fue
para el campo, para una montañita;
y de regreso trajo consigo una canasta
llena de flores y pobló de colores
a esa ciudad gris.

El dice que la historia es más larga,
pero que ahora tiene pereza de
contarla, que quizás luego.

pero igual ella siempre estaba presente.

Combien de fois un clochard peut-il nous sauver?

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"Cada texto que termina se
nos lleva un pedacito de
vida, y nos deja, con el
vacío, un motivo menos
de escarnio"

martes, 25 de marzo de 2008

Eterna dualidad resuelta antes de su inicio, y el reclamo por ello


Existen estructuras, mundos,

que no conformes con existir en

su propia fuente de primavera,

abogan hacia la superposición de látigos

de sangre para cada entraña de la

toda naturaleza; existe el recuerdo

desnudo de tu cuerpo.

Eterna dualidad resuelta antes de su inicio

Un saxofón ilustrará,
con sus notas,
la entrada en vigencia
del terruño guachacán,
mientras un piano agrede
con su envidia en derredor,
porque al cruzar las
murallas y los frugales
océanos de anochecida
y encubierta tela,
y ver, verme, ver abrir
tus ojos en la mañana,
sabrá que hay instantes
en que la medicina es
primitiva y en que el
arte se quedó atrás,
dibujando sus propios pasos.

y él requería un libro.

Es extraño, cuando eres consciente de lo poco virtuoso que consideras algo, y aún así acudes en su auxilio.

El Internet, fría herramienta; el libro, virtud.

La verdad, puente hacía el interior. Aquí, supongo, he de depositar el mio.

Cuando quieres hablar pero no encuentras oídos, dejas tu franqueza y tus mentiras en aquello que se apreste a tales propósitos; por tal, y sin dejas de pensar que los códigos binarios no podrán nunca suplir, inútiles aspiraciones, a la tinta y el papel, agradezco al teclado y a este enlace, por dejarme ver lo que quiero ver, ahí, en la pantalla, descifrado, el coloquio de aquellos detalles que afrentan contra el sosiego.