Erase una vez un duende que vivía
en una ciudad gris; oscura y gris.
Luego, buscando cambiar ello, se fue
para el campo, para una montañita;
y de regreso trajo consigo una canasta
llena de flores y pobló de colores
a esa ciudad gris.
El dice que la historia es más larga,
pero que ahora tiene pereza de
contarla, que quizás luego.
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