viernes, 11 de abril de 2008

Decálogo del despilfarro

Ninguno de los ataques que nos sumergen en la pocilga del destierro provienen del mundo exterior, por más que el hombre empeñe en tales razones su cobardía. ¡¡Mentiras!!, ya que esta raza es tan absurda que no necesita más motivos que participar en la vida para empeñarse en buscar la inminente cosificación, por más desaparición, de su alma, si es que tal existe y si es que la sensibilidad juega algún papel en estos hijos bastardos de la irracionalidad, que ni siquiera merecen llamarse locos, ya que dichos subvalorados seres son tan únicos como capaces de la genialidad, término este que ahora solo se aparece bajo la luz de fábulas y mentiras de los que en el pasado se exhuman, o fingen hacerlo para así anotar sus nombres en los pie de página del libro de la historia.

Muerte, muerte, muerte, tararean los relatos, al parecer como su única consigna, así estos se encubran, pusilánimes, en las barbas de otras esferas, encantos, que resultan más atractivos al votante, como el amor, la libertad, la guillotina y otras tantas que por la tentación, la cobardía y el engaño no valen la pena, ni la tinta, ni el papel para su mención.

Siendo la virtud algo tan deseable, es raro, asqueante, que el fruto del presente, sino quizás de toda la historia, pasada y futura, sea un diario llamamiento a este valor; volverlo bagatela, ese es el lema.

Dicha hipocrecía solo es comparable con la mirada, pluma y sendero de aquellas mentes, "maravillosas" e "inventivas", que segundo a segundo nos salvan y nos conducen por la animadversión de la apacibilidad, nos encierran en la pasividad, nos enseñan a mentir, con ficciones tan elaboradas como la misma ley que lo permite.

Parece ser requisito, para ser parte de lo que llamamos historia, la insensibilidad, la insensatez, porque hasta el soberano hedonismo ha caído en vergüenzas con esta lluvia fácil de blandas ilusiones.

Todos los días los llamados diseñadores, asesinos de su nombre, o continuadores, no sé, nos venden formas fáciles de pensar, de llevar la mente hasta lo más estancado de su no-mística, nos enseñan ilusiones con la misma simpleza con que nos entierran en el robo a nuestras posibilidades de soñar. Caminamos sobre la pulsión mientras no nos creemos siquiera capaces de separarnos de aquellos esquemas que nos plantean; nos enseñan a vivir, mientras los muebles se ensanchan, porque nuestro tiempo en ellos es eterno, para qué el mundo, para qué salir, si allí está todo, si tenemos esas dos cajitas mágicas que nos muestran cuan lejos hemos llegado, nos dan las llaves de la puerta situada al final del camino (si es que tal existe) y nos ahorran así las vicisitudes del mismo.

Caemos en la trampa, y hasta nos vemos obligados a especificar el contenido de lo que creemos no preciso, desconfiamos, subvaloramos la mente ajena, los mismos ajenos (parafraseamos a través de la misma lógica) y nos desgastamos en párrafos acuciando qué estamos escribiendo, qué decimos, no vaya a ser que la imaginación asesine la modernidad. Pudiendo decir únicamente, que si tal ocurriese, mi firma estaría, auténtica, al pie de la alegría, amante y pasional, que tal (me) generaría.

Disculpas por las aclaraciones, aunque (re)leyéndome veo como el desgano parece haber guiado los renglones, por lo que quizá no lleguen a los oídos de nadie, igual necesito descargar este poco de rabia que me generan tantas cosas, tantas, entre ellas, los medios de comunicación, estos impunes asesinos de imaginación.

Manifiesto quemado, antes de su nacimiento, por sus propias aseveraciones (dudosas, por demás) y sus contradicciones. Claro que llego a detestar este y otros aparatitos por simplistas, asesinos y absurdos, aunque me aleje de esta línea, pero lo cierto es que resulta más fácil morder los cantos cuando se les ve y cuando se tiene cierta recurrencia a ellos.

Algo lo salva, considero ahora. Tantas fotografías, particulares, tantos textos y "vidas" que sin pasar por aquí fuera bastante difícil conocer. O quizás me estaré perdiendo de algunas humanidades, personas e imágenes que ahora suceden mientras me releo por segunda ocasión. Tal vez estaré perdiendo la oportunidad de conocerme, a fondo y sin amagues de engaño, tan común este, aquí, como lo he mencionado; aunque claro, nadie se conoce si no se ve en los ojos de otro(a) y tal camino, por ahora, incluso en este espacio, de manera peculiar, buscamos recorrer.

No estoy seguro de lo que digo, me canso, quiero caminar un poco, en fin, creo que no me importa mucho.

A propósito, ahora estoy en clase, escucho, y una vez más confirmo que los conquistadores, burdos, torvos como los llamase Pablo Neruda, que nada tenían que descubrir - como si nunca hubiésemos sido conscientes de nuestra colosal naturaleza - o conquistar, nos arrebataron, al son del cuchillo, de la pedante modernidad y la religión, la que fue la primera (algunos dirán que la única) opción real que en estos lares hemos tenido de desarrollarnos, de manera independiente, cabalgando sobre nuestra cultura, y con ese respeto tan mágico hacia la naturaleza, que para nosotros, los actuales (los modernos), sabios y (no) barbáricos nos parece astronómico, casi alevosía.

Maldita historia, escrita por otros, ajena a nuestro ser y a cualquier concepción real sobre la divinidad. Esta historia que nos lleva a creer inconcebible algo que a todas luces debería ser normal, preconcebido, axiomático. El respeto, amante, por todo ello; vida, humanidad, naturaleza, amor, ser.

Entretanto, después llega otro insolente, tosco, a decirme que me deje de expresar. No, no me puedes cohibir escribir, opinar, soñar, enamorar(me), cazar, estar, caminar, recelar, dudar, comparecer, o si lo vas a hacer, por lo menos dedícale palabras a tus palabras, si no, no me jodas, dejadme vivir en paz.


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"todo es veneno, nada es veneno, solo la dosis hace el veneno" (paracelso)...........cuántos justificantes necesitamos para suplir (nos) y saltar al vacío.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace algunos dias que este mundo me da miedo, este mundo de basura y desconcierto... me da asco, me quita el apetito, me causa nauseas, las crueldades y soledades de este mundo, me llenan los dias de caras tristes y me borran la sonrisa de los labios, no la borran, la arrancan! con sus inconcebibles actos de odio...
Siempre me pregunto que puedo hacer y ¡nada! soy demasiado pequeña y el odio demasiado grande

Sin embargo hay algunos momentos en que puedo concentrarme en algo bonito, en esos momentos sentada frente a mi computadora, sonrio, siii, estaré creando, soñando, poniendole colores a algún dibujo, pensando que los pongo en el día de alguien gris... estoy manipulando mi realidad y eso no afecta a nadie, estoy creando vida y eso tampoco hace daño a nadie

Asesinos? los que hay en la calle y los que no hacen nada por cambiarlo...

Te reto a mostrame otro camino, donde pueda sacar de mi cabeza los sinsentidos del mundo

(ahora además de lo que encuentro en las calles, veo noticias una vez al día)

Quiroga dijo...

Si tuviéramos hoy la conversación sobre las noticias, tal vez las ideas no serían las mismas, tal vez mis argumentos variarían, tal vez hemos cambiado un poco, pero el que les estés dedicando un tanto de tiempo me parece bien, me alegra un tanto(varias razones), será que no quieres seguir mirando a un lado.

Yo pongo mi convencimiento en que usted será todo menos pequeña para el mundo, por el contrario, parece que el mundo abriera sus filas para dejarla pasar a usted y todas sus aspiraciones, creo que se trata de pequeños toques; dicen que se afligen tanto los peces chicos en un océano como los peces grandes en una bañera.

Cada quien asesina a su manera, y hasta empiezo a creer que tendrá algo que ver con alguna "variante" de la pasión.

Quiroga dijo...

...disculpas por la redacción (era tarde...)para el que esto lea.

"un tanto" "un tanto"