martes, 25 de marzo de 2008

y él requería un libro.

Es extraño, cuando eres consciente de lo poco virtuoso que consideras algo, y aún así acudes en su auxilio.

El Internet, fría herramienta; el libro, virtud.

La verdad, puente hacía el interior. Aquí, supongo, he de depositar el mio.

Cuando quieres hablar pero no encuentras oídos, dejas tu franqueza y tus mentiras en aquello que se apreste a tales propósitos; por tal, y sin dejas de pensar que los códigos binarios no podrán nunca suplir, inútiles aspiraciones, a la tinta y el papel, agradezco al teclado y a este enlace, por dejarme ver lo que quiero ver, ahí, en la pantalla, descifrado, el coloquio de aquellos detalles que afrentan contra el sosiego.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El requeria un abrazo

Quiroga dijo...

Digamos que a veces y bajo uno que otro pensamiento.