Como que aún no caigo en la cuenta de lo que pasó, como que sigo un poco en el aire.
A veces dicen por ahí que somos muchos, millones, y que por eso somos una sociedad.
A veces dicen por ahí que es difícil la vida, precaria casi y que nuestra sociedad está descompuesta. A veces dicen tantas cosas.
A veces por ahí algunos números te dicen que uno o dos no son tantos, que la vida es dura, que la sociedad descompuesta, que sí que sí y que sí; que la realidad es otra, que las cosas van y vienen, y al fin, que nada, que la nada disfrazada de palabras ciegas, vacías, de cifras sin pudor y de un país de nadie, de absolutamente nadie, donde el futuro se viste de negro y se rotula como apuesta perdida.
Usted, compañero Kike, cree en algo diferente.
Me refiero a usted, lo refiero en presente, porque así tiene que ser: estar aquí, con nosotros, parce, pelao, camarada, cucho, pana, compañero.
Lo recuerdo aquí, porque aquí está; el compañero atrevido que pasa textos de improviso mientras el profe quita la vista, como las clases de francés a las que le metía toda la gana, como los partidos de fútbol con la siempre tarjeta amarilla o roja presente, como el que se disfrazaba de abogado, igual que todos, pero que se la creía como pocos.
Sabe qué parcero, usted sigue siendo un proyecto de vida, porque es con todos nosotros una sola vida que, por más irracionalidad que le quieran imprimir, no la van a poder terminar.
No son uno o dos, no son números silenciosos, la vida somos todos compañero, es el proyecto de sociedad que nos acompañó algunas veces en coloridas conversaciones, una sociedad es la que este imposible que fútilmente nos convoca hoy, sea eso, un imposible, un impensable.
Sigue así, aquí está, porque es tan imposible lo que pasa como que deje de estarlo, como que deje de ser nuestro compañero, el que discutiendo poco da a entender lo mucho que reflexiona, el que dice tanto con esas risas gigantes que anteceden a una frase amable, corta, larga, burlona o cortante, pero siempre amable.
Parce Kike, es tan irracional escuchar que lo reporten como una cifra y que luego nos digan que todo está mejor.
Es algo absurdo, pueril, intentar reducir el dolor de su familia, compañeros, de su novia, de todos en una cifra, Que se diga que todo está bien, que la ciudad avanza, que uno o dos o tres o veintiséis, que fueron los muertos de ese 29 de octubre en Medellín, no son tantos.
Pero sería mucho, muchísimo peor, y quiero creer que comparte conmigo esta idea, salir con algo así como que hasta aquí llegamos; dejarnos de ese fatalismo canalla que a diario nos quieren imprimir, porque sabe qué compañero, aquí nadie, ni usted ni yo ni nadie somos así, fatalistas.
Tantos canales, tanta televisión, tantos periódicos, tantas mentiras, pero, qué fue lo que realmente pasó?
Una calle como muchas de un día como otros en una ciudad que parece acostumbrada a darse la espalda a sí misma y en la que unos disparos no sólo atentaron contra la vida de un joven, sino contra todos: tú que me lees, tú que me escuchas, tú que me ves, tú que estás fuera o dentro de la universidad, o en un semáforo o en el barrio, nos están matando a todos; a las ideas, al futuro, a la universidad, y así debemos asumirlo, como universalidad, con la acción, el empeño y el cariño que lo ameritan, para que al fin dejen de matarnos de a pedacitos, sociedad.
Lejos de toda la rabia contenida por tantos, pero sin prescindir de ella, para usted, compañero Kike, un abrazo con todas esas cosas que quedan en el aire, con todas esas cosas en las que creemos, un abrazo parce con cariño, y aunque en tiempos de infamia y balas las palabras pueden llegar a ser la herramienta más inútil del hombre, seguiremos tomándolas prestadas como caminos de construcción, y es así como acojo una de ellas en el significado más amplio que sé usted le dará: un Abrazo fuerte parcerito amigo Kike, de parte mía y todos un abrazo fuerte, gigante, que ni toda la desidia pueda terminar.
Y HASTA SIEMPRE.
2 comentarios:
El frío, cuando es natural, me hace sentir bien, me recuerda que la libertad también lo es, al igual que el bienestar, ese de ser con los demás, sin apuros.
Trato de extender hasta el infinito la libertad, intentando anular las sospechas de que no existe con una mirada de horizontes, de montañas que me dibujen más allá de eso que dicen presente.
Ser natural no significa estar allí. Sabes que lo natural ha muerto cuando te vuelves un esfuerzo para significarlo aunque sea un poco, para imaginar un lugar donde alguna vez estuvo.
Lo natural va y viene, tal vez, o tal vez no exista sino como interpretación, como parte de nosotros mismos.
Espero construir contigo un tiempo y un espacio antes de que el tiempo y el espacio esten vetados al pensamiento.
Creer es tan importante como Ser, y abundan las razones para ser. Sólo espero que el amor sea más grande que el destierro.
Y HASTA SIEMPRE.
A Quiroga: Tal vez porque llevo días buscando pasiones entre cada mirada o cada letra, tal vez porque llevo meses tratando de re-conocerte, o tal vez por tus letras, esa indiferencia inmóvil se desprende de ti cuando te despides y pareces tanto más cercano, tanto más suave y ciertamente mucho más real.
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