martes, 28 de abril de 2009

Ya no se puede ser nadie, sin que otro alguien crea que nadie es igual a nada y que nada es igual a muerte.

Pensará en otra cosa que no sea el precio de la bala?...
¿Pensará?

4 comentarios:

Sonia Ló dijo...

insisto que mi mundo se torna existencial

Mujer del traje gris dijo...

En si encuentra lospantalones para jalarel gatillo o la cobardia forma parte de su inexistencia anímica.

Anónimo dijo...

A veces la ceguera es tal que el fenómeno de la muerte nos sorprende aún cundo todos los días matamos y nos matan, ¿será con bala la única forma de morir o de matar?... Saramago diría que “podría tratarse de una sádica manifestación de crueldad, como tantas que vemos todo los días”

Habrá que exaltar la muerte por que puede significar también una solución independiente de víctima y victimario que se acercan en un momento para dar por hecho tal solución, aunque no pueda denominarse más que cobardía, un retorno a la nada de no ser nadie.

Jule dijo...

Habría mil formas de hablar de la muerte, se puede traducir en innumerables expresiones, símbolos y razones. Sólo al sentirla cerca puede uno cuestionarla, saltarla, redondearla, arrinconarla, buscarle denominaciones... Y... encontrarla sagaz, convencida de que su sentido es válido, inmersa en su caparazón, dejándonos percibir el límite entre su existencia y la nuestra.
Por ahí dicen que nadie muere y por ello tiene relevancia amar las ideas, encontrarse, describirse, salvarse, agotarse y por último perdurar en ellas.
Sin ánimo de excusar esa pálida figura; simplemente hay que considerar su existencia fundamentada en infinitas raíces.
Un beso.