En un País de esos que todos conocemos, vivían luces y vivían sombras y era una de estas últimas la que, en especial, a cada oportunidad que tenía, buscaba reflejarse en los rostros y más específicamente, en los ojos de los pobladores de ese País, que todos conocemos.
La historia cuenta que cuando esta sombra observaba y se dejaba observar, cuando hacía uno solo con una o tal persona, para ésta comenzaba un día extraño, no diré que turbado, porque no parecía serlo, sino más bien frío; caminaba, y sabiéndose en necesidad o empeño de llegar a algún lado, el que fuera, no lograba para sí motivación alguna.
No era turbación la que acompañaba a esta sombra a posarse sobre una o tal persona, puesto que la turbación requiere de una motivación, no disfruta salir de la nada, que así no podría autoglorificarse, lo que no es ajeno al mundo; lo gustan también algunas que otras aspiraciones de las que suelen llamarse fe.
Los demás rostros, ajenos, para una o tal persona que era ese día con la sombra uno mismo, parecían faltos, como lo era ésta, de motivación alguna, eran poco claros, casi borrosos cuando cualquier expresión intentaban; una risa, una burla, una entre tantas "muecas", todas se veían, por decirlo de algún modo, como intermediadas por un vidrio empañado con grasa de la más espesa calidad.
Era esta sombra quien los ojos abría cuando así lo hacía una o tal persona, a la que en su amaño conducía y era que la oscuridad emergía tanto de sí y remitía tanto de sus animadversiones cuando sentía la sangre fluir, que simplemente ningún transeúnte, si fuere observado con atención, estaría preparado para ello.
El afán de lo humano suele ser el indagar en el por qué de las cosas, vago sentimiento de culpa de aquellos que, sin conocerse, quieren potestad sobre el resto del mundo, creyendo, sin saberse aún la razón de ello, que con las definiciones la posesión de lo extraño será suya; y así, alguién dijo un día que quizás lo que buscaba al acudir sobre el camino de una o tal persona fuere un nombre., sí, tal vez fuera eso por lo que hasta ahora ella conservaba su actitud; era ésto el resultado de que tal no se hubiere considerado en el momento.
Le daremos gusto entonces, dijo aquel, para ver si así, la próxima vez que deambule y visite lo haga maquillada, o que se ruborice al sentarse al lado de alguién en el bus, o que deje la apatía y quiera charlar un poco.
Por razones que se dejaron en el camino sin detenerse en ellas, y no esto por un desaire que a todas luces sería injusto, sino, digamos, por no entrar en complicadas diatribas gramaticales o no entretenerse con sus raíces y posibles conjugaciones, en ese País le dieron un nombre que de ahora en adelante podría conjugar mucho, la llamaron Amargura y en un brote inusitado de anhelo quisieron entenderla, mas no en tal empresa descifrarla, que tampoco a nadie se le ocurrió, sino saber qué piensa cuando no los deja pensar en nada más que ella, que motivación no tiene; qué ve cuando los ve y qué siente cuando las palabras son tacto y la rozan.
...
Ese día no salió el sol en ese País que todos conocemos.
Ese día fue una misma sombra la que pobló los rincones del cielo, cuando era el día y la noche quienes debían hacerlo.
Ese día fue la Amargura quien tuvo la palabra, quien observó, sintió y fue plácida dejándose sentir.
Ese día, una sombra que no gusta de las motivaciones, acompañó paciente el transcurrir de la falta de rutina, calculando pasos entre los barrotes de los acontecimientos y en la noche, sin más, se sentó en una silla frente a otra ocupada por una o tal persona y, en medio de un silencio que parecía pactado, se dedicó a observarla., la observó y la observó mientras ésta escribía...................... quizás se preguntaba, Por qué escribe la gente cuando escribe............y Qué dice en esa hoja de papel, que ha cerrado el cuaderno mientras nos mirábamos y me he quedado sin leer.
O quizás no; tal vez simplemente observaba.
17 comentarios:
La fotografía no es, digamos, exacta para el texto, incluso sucedió antes, pero creo que dice mucho, y me siento acorde a ella.
"¿Será que usted es robrable, Señor?
¿Robable un ratico,
para mi y un cafecito?"
.......en este momento creo que no.
Eso de no saber donde encontrarte... y esperar una de esas llamadas... en fin, espero la próxima y ojalá para invitarnos a un cafecito
extraño tus gestos y tu risa
.... quizá es curiosidad, pero quisiera saber que pasa cuando deseas sustraerte del mundo y seguir habitándolo, (no es posible parar el tren de la vida y decir: "aquí me quedo" y quedar-se como si nada), algo ocurre, de hecho siempre esta ocurriendo algo; ese algo que te hace pensar en una locura diferente. Freud decía: “nada peor que una secuencia de días hermosos” porque terminaría devastada la posibilidad de imaginar y de soñar en el intento por llenar el vació que habitamos por momentos.
Esperar pacientemente... Siempre existe respuesta... Así sea en el silencio
Es tu momento
¿También desaparecí de tu momento?
wow.
creo ke es evidente la analogía que pretendes hacer con cosas de la realidad, tangibles... no? es algo asi como sentido figurado?
Anyway, está genial el texto. De tu autoria??
Me gustó, me gustó.. (aunke si ke me kedan de esas como lagunas mentales al intentar comprender cabalmente el post.. jeje)
Un abrazote!
Entre mas me adentro al mundo de la fantasia, mas disfruto de los colores, las formsa y las texturas de el hermoso cuerpo formado para ella... es maravilloso...
(a veces me es mas dificil descifrar la palabra para dejarte un comentario)
EL LOCO
Me preguntáis como me volví loco. Fue así. Un día, mucho antes de que nacieran algunos dioses, desperté de un profundo letargo y descubrí que me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: “¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!”
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, algunas personas, llenas de horror, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó: “Miren! ¡Es un loco!” Alcé la cabeza para mirarlo, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité: “¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!”
Fue así que me enloquecí.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Khalil Gibran
... un abrazo
lunaceleste: me gusta llegar y ver que te has pasado por acá, cuando yo ando tan perdido......pero es la locura, que no he superado alguna que otra parte de ella....no sé si lo entiendas totalmente...espero que si.
mujer del traje gris: pues el texto si, es mío. Fue algo que ocurrió la fecha anterior a esa publicación, un día raro la verdad, que intenté decir(me) cómo se sentía, y que bueno, salió ese texto.
los espacios vacíos son lo que siempre son; lugares no comunes esperando ser llenado por cada uno de los que lee, si me hacen el honor.
mauves petit femme: me creerías si te digo que no sé qué decirte?
por alguna extraña conspiración del universo hoy quiero ver el mundo y la gente que lo habita......montarme en un bus y llegar a esos sitios donde le gusta estar a la mente, o mejor caminando, que así lo disfruta más.....caminando y escribiendo un cuento a cuatro manos.
como cuando voy en el auto
y miro todo pasar
y no me interesa
pero lo sigo viendo...
así, creo yo!
yo tengo dos manos... por si acaso...
aqui vino a dejarte un abrazo ya que no ha podido mirarte...
........ssssssss cuidados intensivos del alma...... recuperate, haces falta.
bueno parece que te fuiste a otro lugar donde no puedo mirarte, y esto ya parece un chat y se hace aburrido, dejaste de escribir por alguna razon o por ninguna, en fin que tengas mayor suerte por alla.
bye
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